Remedios Varo es una de las figuras más importantes del surrealismo, y aún así la más desconocida. Su obra nos invita a soñar con mundos místicos y profundos.
Desde la aparición del arte como disciplina, este ha tenido una participación mayoritariamente masculina. Los artistas reconocidos, no importa de qué campo artístico, han sido hombres. Por nombrar algunos, podemos recordar a Leonardo da Vinci, Ludwig van Beethoven o William Shakespeare. Esta dominación es más marcada en algunos movimientos artísticos, por ejemplo, en el surrealismo, motivado por los sueños. Aunque eso no quiere decir que las mujeres no hayan participado en el mundo del arte. Ellas siempre han estado ahí, en la oscuridad. Es el caso de la pintora Remedios Varo, perteneciente al surrealismo de principios del siglo XX. Remedios Varo, cuya obra permanece desconocida en España, su país natal, es probablemente una de las figuras más incomprendidas y enigmáticas del surrealismo y quien, sin embargo, ha sido borrada de la historia.
El surrealismo: principios y problemas
El surrealismo fue un movimiento artístico ligado a las vanguardias de principio del siglo XX. Está guiado por la irracionalidad. Es decir, es un movimiento que abandona todo uso de la razón y privilegia la objetividad y los sentidos. Privilegia también una conexión con el mundo onírico, el mundo de los sueños. Los sueños y el mundo subjetivo van a tomar la iniciativa de la creación artística. Está muy influenciado por las teorías de Freud, donde el subconsciente puede explicar ciertos aspectos del comportamiento. En el movimiento surrealista, podemos nombrar algunos artistas célebres, como el español Salvador Dalí (La persistencia de la memoria) o el francés René Magritte (La traición de las imágenes). Y ahí es donde está la trampa: los artistas más conocidos, a quienes la historia ha dejado un lugar, son todos hombres. Eso no quiere decir que las mujeres no hayan hecho parte del movimiento, pero la historia no ha guardado su nombre. ¿Es a causa del machismo, o del movimiento?
Como regla general, en el mundo artístico la mujer no aparece jamás como artista. Si visitamos el mundo literario, sabemos que las mujeres debían utilizar pseudónimos masculinos para publicar. En la música, las pocas mujeres compositoras utilizaban su apellido, que compartían con su marido. Aparentemente, la mujer no era capaz de ser artista, y si lo era, debía hacerlo desde la clandestinidad. En el siglo XX, el panorama había cambiado un poco. A pesar de que aún no tenían lugar en el mundo artístico, podían ser consideradas buenas bailarinas o cantantes, o podían escribir algunas líneas de poesía. Pero no eran verdaderas artistas. No eran consideradas artistas completas. Estaban hechas de pedazos. Tal vez, en el movimiento surrealista, este rol pasivo de la mujer estaba más marcado justamente a causa de los ideales freudianos. No es un secreto que las teorías de Freud eran marcadamente machistas, en especial porque las veía como un actor pasivo en las relaciones sexuales.
Remedios Varo, artista española del movimiento surrealista, no era tan famosa como Dalí o tantos otros por su condición de mujer. Es verdad que Remedios Varo tuvo una vida difícil y tuvo la mala suerte de vivir en una dura época de represión. Vivió durante la guerra civil española, vio a Franco tomar el control, además del poder político y social en España y tuvo que exiliarse en México. Sin embargo, esa fue la realidad de todos los artistas surrealistas, y aún así todos los hombres lograron hacerse famosos. Podemos deducir que su invisibilidad no fue solamente debida a la situación histórica, sino a su situación sexual. Por eso no conocemos nombres como Leonora Carrington, Dorothea Tanning o la misma Remedios Varo, aún si fueron grandes artistas. Es más, cuando hablamos del surrealismo y mujeres, la primera que nos viene a la cabeza es Gala, esposa de Dalí. Gala no era considerada como artista; ella era la musa. Lo que nadie sabe es que Gala ayudó de manera activa en la construcción del personaje y la obra de Dalí. Ella no era solamente la representación femenina de los cuadros de su marido, ella era una artista disfrazada.
El papel de la mujer en el arte
En cuanto a la representación, vemos que a lo largo de la historia del arte la mujer ha tenido dos representaciones clásicas: como venus y como desnudos. Hablamos de “venus” por extensión de la diosa romana Venus –Afrodita en la mitología griega–, la diosa de la belleza, del amor y de la sensualidad. Representar a las mujeres como venus implica una connotación evidente de belleza. La mujer venus es la mujer bella, agradable a la vista. Y los cuadros nombrados como “venus” son sinónimos de “ideal de mujer” o “mujer perfecta”. Las primeras representaciones de venus que encontramos son pequeñas esculturas del año 20.000 a.C. Vale la pena nombrar también otras venus famosas, como El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli o la Venus del espejo de Velásquez. En cuanto a los desnudos, podemos decir que son considerados ellos mismos como un género artístico como cualquier otro. Pero lo que los artistas hacían con el cuerpo femenino no era inocente. Los artistas querían compartir un discurso moral y social utilizando el cuerpo de la mujer. Querían dejar claros los sentimientos de tentación y lujuria que las mujeres despertaban en los hombres. Además, las mujeres son todas representadas como cuerpos virginales e ingenuos: el color blanco de su piel hace referencia a la inocencia. De esta manera, el cuerpo femenino no se presenta como un cuerpo artístico, sino como un cuerpo que despierta el deseo sexual en los hombres. El arte está dirigido especialmente a los hombres. La mujer se convierte en un simple objeto fetichista. Algunos desnudos célebres son, por ejemplo, la Maja desnuda de Goya y Olimpia de Manet.
El cambio: Remedios Varo
Remedios Varo cambió el mundo del arte no solamente gracias a su calidad de artista, que se salía de los estereotipos de musa o de mujer desnuda, sino también gracias al cambio representativo que ella hizo de la mujer. En lugar de representarla como musa o completamente desnuda, ella hizo un viaje a los mundos fantásticos y espirituales. Ella pinta brujas, espirituales y conectadas con la tierra, mujeres animales, mujeres sabias y mujeres naturales. La obra de Varo recuerda a las teorías feministas de la segunda mitad del siglo XX, especialmente el pensamiento de Hélène Cixous, que hacía una división entre el mundo masculino y el femenino. Desde su punto de vista, podemos hablar de la madre-tierra y de la mujer como la portadora de una sabiduría intrínseca a la naturaleza femenina. Ésta es claramente vista en obras como La llamada (Varo, 1961), cuyo personaje principal es una figura femenina, larga y mística, de cabellos largos y de aspecto etéreo, que da la sensación de estar rodeada por fuego y por una luz interior. Lleva un frasco en la mano derecha, cuyo interior no conocemos, pero recuerda inmediatamente al brebaje misterioso de una bruja. Otro ejemplo es La creación de las aves (Varo, 1957), que muestra una quimera de ave y mujer. Es un pájaro de tamaño humano, cuyo rostro tiene rasgos femeninos. La figura tiene una lupa en la mano, y con ella divide la luz y sus rayos, combinados con un pincel y pinturas, crean pequeños pájaros que vuelan en la sala. La escena recuerda a los alquimistas y sus invenciones innovadoras. Es una representación de la creación de la vida y del poder creacionista femenino que está ligado a la naturaleza. Finalmente, podemos pensar en El encuentro (Varo, 1962). El cuadro muestra una figura femenina rodeada por una hoja enorme de color azul. Sostiene otro rostro en la mano, como si fuera una máscara. La mujer tiene tanta fuerza que atrae la mirada del espectador. Hay una sensación de fuerza femenina en el cuadro que es imposible de ignorar.
De esta manera, podemos ver cómo Remedios Varo hace un cambio en el lenguaje artístico y da a la mujer otro rol en la pintura. La mujer ya no es un objeto pasivo, ahora es un sujeto activo, lleno de una fuerza creativa y mística, incomprendida por todo el resto. Los elementos que ella tomó del surrealismo los utiliza para reivindicar el lugar y la naturaleza femenina. Es por eso por lo que una figura como Remedios Varo es tan importante, porque ella contribuyó a cambiar el modelo de participación femenina y su representación en el arte. Ella da lugar a la mujer sabia, mística y creadora.
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