Manuela Sánchez Goubert es una joven cantante colombiana que acaba de sacar su primer álbum. Prometeo conversó con ella a propósito de su primera gira.
La primera vez que escuché Raíces, el primer álbum de Manuela Sánchez Goubert, lo estuve cantando días enteros. Es pegajoso, sabroso e invita a bailar. Recuerda a los proyectos de Toño Arnedo o de los hermanos Sandoval que sonaban hace tantos años. Pero Manuela viene recargada con colores, una voz espectacular y un proyecto consolidado.
Ella es una joven cantautora colombiana. Nació en Colombia y se crió en la ciudad de Nueva York. En este momento, se encuentra terminando sus estudios en ingeniería y producción de sonido y canto en la Universidad de Berklee, una de las más prestigiosas en el mundo del arte y de la música.
Prometeo tuvo la oportunidad de hablar con ella. Los invitamos a leer la entrevista completa.
Música desde niña
¿Cómo empezaste en el mundo de la música?
La música siempre ha sido parte de mi parte de mi vida. Todo se lo debo a mi mamá en términos musicales, porque desde que yo era pequeña [para] mi mamá todo era música. Entonces el aprender el abecedario, aprender lo que fuera, era con música. Desde muy pequeña, la música estaba súper presente y aunque estábamos acá en Estados Unidos, la música siempre era colombiana, música folclórica. Entonces siempre sentí esa conexión. Luego empecé a estudiar porque mi abuela es pianista clásica, entonces empecé a estudiar piano. Luego me pasé al canto y empecé a explorar la composición.
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¿En qué momento te diste cuenta de que querías dedicarte a eso profesionalmente?
Yo estudié en un colegio en Nueva York de artes que se llamaba LaGuardia. Es básicamente High School Musical en un colegio. En las mañanas estudiábamos clases normales, ciencias, matemáticas… En la tarde estudiábamos nuestra concentración, o sea, era básicamente una Universidad. Entonces tú audicionabas, aplicabas, te aceptaban a una carrera, por llamarla así. La mía era canto y había danza, actuación, música… de todo. Después de haber hecho como un preuniversitario en el colegio, decidí que sí, que totalmente quería dedicarme a eso. Era lo que yo quería seguir haciendo. La decisión fue fácil y aquí estoy.
Una colombiana que brilla en Berklee
Berklee es una de las universidades más prestigiosas para estudiar música. ¿Cómo es ese proceso? ¿Cómo es la carrera? ¿Cómo es el ambiente?
Creo que yo no caí en cuenta, era muy pequeña. Quizás estaba en una burbuja en donde todos éramos músicos. Todos aplicamos a las mismas universidades. Entonces para mí Berkeley solo era como otra universidad a la que iba a aplicar. Y si salía chévere y si no, no. Pero luego fue que me di cuenta del prestigio de Berkeley, de la increíble oportunidad que es estudiar allí. Entonces yo me preparé como me preparé para todas las otras universidades. Preparé un portafolio muy bien hecho, cartas de recomendación. Mis notas eran muy buenas. Y fui, hice mi audición. Canté, creo que Bésame mucho, o algún otro bolero. Y ellos automáticamente te consideran para becas, entonces me llegó un correo diciendo que me habían aceptado y que me habían dado una beca completa.
¿Consideras que tienes un sonido propio, que cualquier persona puede escuchar y decir “esto es Manuela Sánchez”?
Pues me gustaría pensar que sí. Es algo que llevo trabajando mucho tiempo precisamente, en adquirir un sonido propio. Uno rápidamente se da cuenta de que cantantes hay muchos, cantantes mujeres hay muchas, músicos hay muchos. Uno siempre tiene la idea de buscar lo que te hace diferente. En mi colegio era fácil, porque era la única chica latina cantante que cantaba en español. Entonces me pusieron a cantar salsa. Yo no soy cantante de salsa, pero en el colegio era la latina que cantaba salsa. Luego llegué a Berklee. Está inundado de latinos, inundado de mujeres, cantantes, compositoras que quieren hacer música latina y pues ahí fue otro proceso de reinventarme y de encontrar en verdad qué era lo que auténticamente me hacía diferente. Y encontré que esto que me hacía distinta era el amor por el folclore, que es algo que no es tan común acá. Acá todos quieren escribir música popular, escribir reguetón, ese tipo de música. Y siento que lo que yo traigo, lo que me hace diferente es que yo hago música folclórica, pero desde afuera. Trabajo con la perspectiva de que no soy solo colombiana, pero me considero neoyorquina. ¿Entonces qué puedo aportar que sea diferente a lo que aporta alguien que ha vivido toda su vida en Colombia? Hago una fusión de la cultura de acá, de Nueva York, y la cultura colombiana.
¿Si tuvieras que definir tu sonido en una o dos palabras, cómo sería?
Diría que jazz y folclore.
Entre el jazz y la tradición
¿Cómo ha sido buscar y encontrar esa fusión entre jazz y folklore?
Ha sido interesante porque los dos son géneros tienen mucho en común, pero son muy distintos. Donde logré encontrar el puente y la conexión entre esos dos géneros musicales fue en la improvisación. En Berklee estoy en un programa que se llama el Berklee Global Jazz Institute, que es un instituto dentro de Berklee más pequeño, dirigido por el pianista panameño Danilo Pérez. Él tiene una manera muy particular de pensar sobre la música y sobre la improvisación, que es este concepto desarrollado por el saxofonista Wayne Shorter, que se llama el “gravedad cero”. Es una manera de improvisar distinta a como se improvisa tradicionalmente, es un espacio en donde cualquier cosa puede pasar. Y tú, con tu banda o con tu grupo de músicos, estás componiendo a la vez que estás improvisando. Entonces no hay partituras, no hay canciones, no hay nada. Tú llegas, te conoces con los músicos y en el mismo concierto compones las canciones que están tocando. Es distinto a lo que la gente considera el “free jazz”, porque aquí hay una estructura de canción, entonces debe tener una parte A, una parte B, una parte C, un coro. No es lo mismo que el “free jazz” porque el free jazz no tiene estructura. Me entrené en ese mundo del jazz y luego, analizando las músicas folclóricas, me di cuenta de que ambas tienen improvisación. Por ejemplo, en el bullerengue se hace mucha improvisación, más con letras, la melodía queda igual, pero es una improvisación. Yo combiné esas dos como una misma improvisación, las combiné en mis composiciones.
¿Quiénes han sido tus mayores influencias musicales?
Mi influencia más grande probablemente es Lucía Pulido, que es una cantante colombiana espectacular. Tiene un tono muy particular. Me encanta la manera en que ella toca percusión a la vez que canta. Es algo que me inspiró mucho desde que era pequeña. Luego en el lado del jazz, diría yo que Cécile McLorin Salvant es una influencia muy grande para mí. Ella es una cantante francoamericana. Y tiene un tono de voz súper limpio, muy increíble y ella me inspiró en la improvisación.
Presentando: Raíces
¿Cómo ha sido el proceso de grabar Raíces, tu primer álbum?
Pues es un proceso largo. Toda mi carrera musical ha sido impulsada por necesidades y por deadlines. Entonces el álbum surgió porque dentro del programa de ingeniería, hay una materia en la que el trabajo final es producir un álbum y uno de mis amigos cercanos está en esa misma carrera, pero iba más avanzada. Entonces me dijo que le encantaba ir a mis conciertos y le encantaba mi música. Me comentó que le gustaría hacer ese proyecto conmigo y producir un álbum. Pero me dijo que tenía que ser música original. Y entonces pensé “bueno, pongámonos a escribir” y me puse a escribir. Yo soy muy matemática con la música y con la vida y soy bien cuadriculada. Tenía una semana, y me propuse escribir una canción por día y así fue. Entonces tenía siete días, escribí siete canciones. Se las mostré, las fuimos trabajando, luego los arreglos, luego la instrumentación y de ahí ya fue un proceso. Todo esto comenzó hace un año exactamente y por eso nos demoramos en sacar este bebé a la luz.
¿Qué podemos esperar en tus conciertos?
Mis conciertos son una mezcla de mis composiciones y arreglos que hemos hecho con la banda. En la banda tenemos muchos arreglistas muy increíbles, por ejemplo, el pianista de la banda, Simón. Hacemos canciones folclóricas, pero con arreglos modernos. En términos de ritmo, son muchos ritmos colombianos. También muchos ritmos peruanos, porque mi roommate y percusionista de mi banda es peruana, me mostró los ritmos peruanos y me enamoré de la música peruana, de las historias de la música peruana. Entonces, muchas cumbias, festejos, porros, música colombiana y afrocolombiana y afroperuana.
Y al final…
¿Qué te espera para el futuro?
Estamos muy emocionados con esta gira. Vamos a estar en Bogotá. Estaremos tocando el jueves 15 de agosto en Galería Café Libro, luego en Gaira, la casa de Carlos Vives, el 18 de agosto. Tenemos otro evento en el Bronx Distrito Creativo, estaremos haciendo un concierto junto a Temblores ONG, en donde vamos a hacer un concierto y un sancocho comunal. Es un regalo a la ciudad porque Bogotá cumple años. Será un evento súper grande y bonito. También estaremos en el Festival de Jazz de Panamá otra vez este año.
Un último mensaje que quieras dejar a la gente que lea la nota. ¿Qué te gustaría decir?
Pues me gustaría invitarlos personalmente a todos a que vayan a los conciertos en Colombia, en Ecuador y en Perú. Sobre todo el 15 de agosto en Galería Café Libro y el 18 de agosto en Gaira, la Casa de Carlos Vives. Estoy disponible en redes sociales y en todas las plataformas digitales de música.