¿Viste el Super Bowl este año? Análisis del espectáculo e importancia cultural

La semana pasada tuvo lugar el Super Bowl y es buen momento para hablar un poco de ello. Este es un análisis cultural del Super Bowl.

Nunca he visto un Super Bowl y, la verdad, no es que tenga ganas de hacerlo. Eso sí, no me pierdo nunca los famosos shows de medio tiempo. Tal vez por la presión social de no perderme uno de estos célebres eventos, o tal vez por el puro morbo que me produce ver a las figuras pop del momento invadir un evento deportivo. Hecho siempre disfrutable. ¿Cómo es que una actuación secundaria en un evento deportivo de talla mundial es capaz de atraer a las mentes y figuras musicales más grandes de todos los tiempos? Bueno, pues me puse a hacer un poco de investigación, y esto fue lo que encontré.

¿Qué es el Super Bowl? 

El Super Bowl es el partido de final de temporada de la National Football League (NFL). Aquí, dos comentarios para el público hispano: cuando hablamos de nacional, evidentemente hablamos de estadounidense –que se sigue creyendo el centro del universo–. Y, cuando hablamos de fútbol, no estamos hablando de Messi pateando un balón redondo. No, es el fútbol americano, que se juega con un balón alargado y volador, y hombres grandes realizándose placajes.

El primer Super Bowl se jugó en 1967, y desde ese momento datan los shows de medio tiempo –también llamado Halftime Show–. Aunque en ese momento solo se hacía con bandas marciales, como estas que vemos en las películas norteamericanas. Los estudiantes de colegio y universidades se visten de colores y marchan tocando instrumentos de viento y percusión. Esta práctica es bien extendida en dicho país, donde cuenta con un estatus alto y es un evento que entretiene a la gente. Incluso, en Latinoamérica tenemos nuestra propia versión de banda de viento, solo que mucho menos institucionalizada y mucho más tradicional.

De cómo se convirtió en el espectáculo musical del año

En 1990, los televidentes del Super Bowl comenzaron a aburrirse de este show colegial de medio tiempo y cambiaban de canal en este descanso. Notando este problema, la NFL tomó acciones drásticas en el asunto y comenzó a contratar artistas cada vez más grandes para convencer a la gente de quedarse viendo el partido. Tan buena estrategia resultó que la gente ya no ve el partido, sino que va directamente al show de medio tiempo para conseguir el evento de entretenimiento musical y coreográfico del año. El Super Bowl pasó de ser un evento deportivo con un show de medio tiempo, a un show de talla internacional con un prólogo y un epílogo deportivo. 

El primer artista invitado contratado en un Super Bowl que seguía esta nueva estrategia fue el rey del pop Michael Jackson. En 1993 logró una audiencia récord y puso a cantar a 3500 niños un himno por la paz mundial y la sanación del mundo. Michael Jackson marcó un antes y un después en estos eventos de entretenimiento, y es recordado aún por muchos como uno de los mejores shows que se ha visto en televisión en vivo. Otros shows de medio tiempo recordados para la eternidad han sido el de Prince en 2007, Beyoncé en 2013, y Shakira y Jennifer López en el 2020. 

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Análisis cultural del Super Bowl 

Aún si el show de medio tiempo fue pensado solamente como un espectáculo de entretenimiento, los artistas y cantantes han demostrado que la música pesa más que un espectáculo. El show de medio tiempo ya no es simple entretención. Mueve miles y millones de dólares en todo el mundo, así como millones de televidentes. No sé si sea correcto seguir llamándolo “entretenimiento”, ya que demuestra que es un trabajo de gran peso, con talentos destacables y motor de la industria de la música y el baile. 

Además, la NFL ha hecho un esfuerzo consciente por variar las procedencias de los músicos y bailarines. Buscando una mayor representación de culturas subalternas en Estados Unidos, fue que Shakira y Jennifer López fueron contratadas. Estas dos latinas pasaron a la historia como uno de los mejores shows del Super Bowl, el evento deportivo más gringo del año. Mira aquí un ranking de las mejores presentaciones del Super Bowl. Latinoamérica se llevó la mirada de los televidentes mundiales por unos importantes quince minutos, y estas dos mujeres lograron algo que no se había hecho nunca. Ritmos de procedencia latina, como el mapalé, la salsa y la champeta fueran escuchados en un escenario internacional de esta talla. Más que esto: pusieron a gozar y a bailar a gente de todo el mundo con sus ritmos tradicionales y populares latinos. 

Finalicemos el análisis 

Así, no sabemos si lo que ha hecho la NFL ha sido un acierto o un tiro al pie. Un acierto, por supuesto, ya que moviliza miles y millones de dólares en todo el mundo y ha logrado su propósito inicial: subir los números de televidentes que ven este importante partido. Pero, como dicen, uno no sabe para quién trabaja. La música y el show ha robado las miradas del deporte. Y, más que eso, ha visibilizado culturas subalternas que antes de esto habían permanecido en el olvido. 

Ahora, hagamos un análisis cultural del Super Bowl. Este año, a pesar de que Usher dio un espectáculo impecable y muy entretenido, el show no se centró únicamente en su figura. Si bien su música se usó en el motor para que la gente viera el partido completo, brillaron más otros aspectos. Por ejemplo, la supuesta participación de Justin Bieber –la cual terminó no siendo verdad–, o los invitados que subió al escenario como Alicia Keys. Sin embargo, lo que realmente se robó las miradas de todos fue Taylor Swift. Aunque no en calidad de cantante, sino gracias a su noviazgo con el jugador de fútbol americano, Travis Kelce. 

El partido se ha convertido en la perfecta excusa para ver un muy buen concierto y seguir los chismes de la farándula actual.

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