Educación sentimental en la cocina

La gastronomía es más que solo una entremezcla de sabores, es detonante de emociones, memoria e identidad. Los sentimientos también se viven en el paladar.

Recuerdo bien que, cuando era niña, visitaba a mi abuela en vacaciones. Su casa era sinónimo de calor, pausa y, sobre todo, sabor. La noche anterior a mi llegada, mi abuela me llamaba religiosamente para hacerme una pregunta. “¿Pargo y arroz con coco?”, mi respuesta nunca era negativa. Al llegar a su mesa, el plato con el pescado y arroz dulce, con pasas y tonos marrones me saludaba con la misma calidez con la que lo hacía ella.

El amor lo conocí en la cocina, sabe a coco y Caribe.

La juventud, el cariño y la memoria son también los protagonistas del anime Flavors of Youth. La película, realizada por CoMix Wave Films –los mismos creadores de Your Name–, se divide en tres partes: “Fideos de arroz”, “Nuestro pequeño desfile” y “Amor en Shanghái”. A pesar de su aparente sencillez, “Fideos de arroz” fue mi preferida. 

La historia de Xiao Ming no dista mucho de la de muchos de nosotros. El joven, originario de la provincia de Hunan, recuerda episodios de su infancia a través de los fideos San Xian que conoció gracias a su abuela. Xiao se redescubre a sí mismo a partir de la gastronomía y transporta al público a través de un viaje multisensorial que, al mejor estilo proustiano, se desencadena a partir de la comida.

Los fideos San Xian se transforman en una metáfora de la nostalgia y del cambio, y son recuerdo de la migración del joven a Beijing y de la pérdida de la alegría e inocencia que asocia el largometraje a la infancia. En una oda al tradicional plato chino, los directores Li Haoling, Jiaoshou Yi Xiaoxing y Yoshitaka Takeuchi seducen a su público a través de imágenes que, irremediablemente, hacen pensar en los platos que nos tocan el corazón.

“El hambre carcome el corazón”, menciona el personaje. La delicadeza de la secuencia de ejecución del plato crea una atmósfera familiar que conmueve al espectador mientras el perfume de la sopa pareciera atravesar la pantalla. El hambre, la insipidez y la rutina crean la receta perfecta para la desesperanza de la que solo un plato amado es antídoto. 

Pero mientras Xiao añora el San Xian de su pueblo natal, Yeonghye muere de inanición. Para la protagonista de la obra La Vegetariana, el hambre es protesta. El vegetarianismo se convierte en su única forma de libertad en medio de una sociedad machista. En la cultura asiática, la comida, en carencia o abundancia, es un instrumento narrativo que dialoga directamente con la propia identidad. En la obra de la escritora surcoreana Han Kang, el hambre funge como método de autoconocimiento, libertad y expresión. En un mundo donde la carne representa la abundancia y el control, el vegetarianismo es revolución y rebeldía. La cocina es emoción, subversión y encuentro, dolor y alegría. Un espectro de sabores narra nuestra vida. 

Hace poco leí que las papilas gustativas se regeneran cada dos semanas y que, con el tiempo, así como se da su madurez, se espera también su declive. La gastronomía es el espacio de memoria que guardamos en la punta de la lengua. Yo solo espero, entre la inmensidad del tiempo, seguir sintiendo el dulzor del coco rallado haciendo fiesta en mi boca.