El rock en español ha atravesado diversas etapas que lo han transformado en un género que representa la contracultura hispana. Prometeo te cuenta sobre su historia.
El rock es libertad. Ha sido sinónimo de rebeldía, de expresión y testigo del cambio de décadas que, desde los años 50, lo ha ubicado como un género destacado en la industria musical. Su ritmo ha modelado a la cultura, representado a los jóvenes, ha sido relacionado con el libertinaje, pero, ante todo, ha trascendido. El caso no es distinto para el rock en español.
“Es un medio de comunicación. Sería ilógico que no tuviéramos nuestro propio Rock and Roll”, mencionaba el músico mexicano Alex Lora en el documental de Netflix Rompan todo: la historia del rock en América Latina. La frase es contundente pero precisa y acertada. El rock, más que un género, se transformó en un concepto que trasciende la forma y la convención musical. Es una noción que abstrae una forma de expresión única.
UNA CUESTIÓN DE TRADUCCIÓN
Para entender la potencia identitaria y significativa del rock, es fundamental comprender su origen. Los géneros musicales –tal como sucede con todo lo creado por el ser humano– cuentan también con ciclo de vida; trazar el del Rythm and Blues es fundamental para hablar de Rock n’ Roll. El R&B, confluyendo con ritmos del jazz, blues, country, góspel y woogie boogie, le dio origen en los años 50 y asentó las bases de su característico ritmo.
De la mano de intérpretes como Chuck Berry, Elvis Presley y Bill Halley, el género se popularizó, llegando también a las radios latinoamericanas. Su llegada fue bien acogida y, prontamente, la industria local percibió su gran potencial. Es de esta forma que, entre finales de la década de los 50 e inicios de los 60, empiezan a difundirse versiones traducidas de los éxitos norteamericanos.
Los Teen Tops, originarios de México, lideraban la escena del rock en español y prontamente fueron seguidos por grupos como los Spitfires, los Camisas Negras y los Locos del Ritmo. El concepto que manejaba el rock en español de aquel entonces era sencillo: trasladaban canciones clásicas del rock anglosajón al español y las contextualizaban con elementos culturales de la región. Un ejemplo claro y con mucha difusión en la época fue ‘El Rock de la cárcel’, de los Teen Tops. La canción toma base de uno de los clásicos más populares del rock n’ roll: ‘Jailhouse Rock’.
México y Argentina fueron los principales epicentros de aquella primera ola del rock en español. Pero muy pronto su camino se bifurcó.
EL GÉNERO PROHIBIDO
En los años setenta, el rock latinoamericano optó por componer sus propias letras y melodías. Argentina fue pionero en el proceso. Un factor clave para dicha evolución fue la dictadura sufrida por Argentina entre 1976 y 1983 al mando de Rafael Videla. El crecimiento y el esparcimiento del género se vio directamente relacionado con la libertad y el ritmo que proponía y que llevó a la difusión veloz que tuvo en el país. Sin embargo, siendo su público ampliamente joven, y habiéndose convertido en un instrumento de oposición al promover una ideología mucho más independiente, se convirtió prontamente en objeto de censura. El crecimiento acelerado que tuvo el rock en español lo localizó como enemigo de la militancia por lo que fue catalogado como subversivo y peligroso.
En México la cuestión no era diferente. Tras el éxito de Woodstock, los mexicanos quisieron contar con su propia versión del festival que marcó a toda una generación. Fue así que se realizó Avándaro en 1971 a dos horas de la capital mexicana. El objetivo del festival era mezclar rock con carreras de automóviles; no obstante, el componente deportivo del evento se canceló por la amplia acogida de las bandas presentadas y la alta tasa de asistencia registrada. Con un escenario hecho de andamios y una asistencia récord de más de 250.000 personas, Avándaro se convirtió en el ápice del rock mexicano antes de su descenso en picada.
Después del festival, el rock fue percibido como un factor de descontrol y peligro. Múltiples publicaciones periodísticas destacaron a Avándaro como un festival de horror, excesos y descontrol. “Música, droga y sexo. El frenesí en Avándaro”, se leía en el titular de la revista local Alerta. Por su parte, la revista Alarma tildaba al festival como un infierno inmoral. La conmoción social fue, entonces, motor del desprestigio del género. Poco a poco, dejó de sonar en la radio y fue invisibilizado por casi una década. Como recuerdo del festival quedaron éxitos como ‘La encuerada de Avándaro’, además de una leyenda que perdura en la memoria colectiva de los amantes del rock mexicano.
ROCK EN TU IDIOMA
Pero a pesar de la censura y la represión en Latinoamérica, el rock globalmente no se detenía. Mientras el género sonaba clandestinamente en su versión en español, su contraparte anglosajona se expandía con intérpretes como The Beatles, Led Zeppelin, The Rolling Stones y Queen. Su popularidad tuvo un efecto positivo en la región y, a finales de los 60 e inicios de los 70, comenzaron a surgir muchas de las figuras que reconocemos hoy en día como protagonistas del rock en español, que, posteriormente, llevaron a un movimiento que lo cambió todo en el panorama musical de Latinoamérica.
Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia y Charly García lideraron una nueva escena musical influencia por las figuras internacionales. Su sonido era innovador dentro del rock en español, pero sus letras mantenían un carácter provocativo que mezclaba lo social con experiencias personales. Pero, aunque su notoriedad era amplia, la dominancia de la música en inglés era innegable. Los éxitos estadounidenses e ingleses encabezaban las listas hispanas.
De esta forma, la música de García, Spinetta, Nebbia y otras voces destacadas fue la base y el pilar para el desarrollo posterior del movimiento “Rock en tu idioma”, nacido en los 80. Con este, grupos como Soda Stereo, Los Enanitos Verdes, Caifanes y Los Prisioneros buscaban promover la escucha de temas en español y su posicionamiento dentro de la cultura musical hispana.
La buena acogida del público en respuesta a ‘Rock en tu idioma’ puede ser percibida incluso en el alcance que tiene el rock en español hoy en día. El género, lejos de haberse erradicado, cuenta con figuras que confirman su adopción y difusión.
El rock en español, más allá de ser un género musical, se sitúa como un testimonio sonoro de épocas de represión, de inconformidad y de contracultura resiliente. Su evolución nos ha regalado himnos como ‘Flaca’ de Andrés Calamaro, ‘Persiana Americana’ de Soda Stereo, ‘Rayando el sol’ de Maná o ‘Eres’ de Café Tacvba. El rock es eco de identidad, transgresor de fronteras, hilo conductor de historia y catalizador de cambio.