Un especial sobre abejas, mieles y propiedades curativas. Después de esta nota no querrás parar de consumir miel.
Las catas de alimentos son una actividad famosa y que confiere un cierto estatus a quienes la practican tal vez porque, contrario a lo que muchos creen, no es una actividad fácil de realizar. Para degustar realmente un alimento hace falta abrir la mente y los sentidos, estar pendiente no solo del gusto, sino también en buena medida del olfato y de la vista. La cata es una experiencia que involucra todos los sentidos, pero contradictoriamente, como decía, no involucra a todo el mundo.
Los grandes catadores son personas conocedoras a los que se les confiere cierta importancia. Todos hemos escuchado de catas de vinos, de cafés, de cervezas o incluso de quesos. Pero resulta que muchos otros productos son susceptibles de ser catados. Cuál no fue mi sorpresa al enterarme de que la miel es uno de estos alimentos.
Fue hablando con Mieles Let It Bee, unos productores y emprendedores de la ciudad de Bogotá, cuando entré en este maravilloso mundo de los productos naturales a base de miel y de aquellos lindos insectos de color amarillo y negro. Jesús Cárdenas y Andrea Suárez, los emprendedores de Mieles Let It Bee, compartieron con Prometeo todo lo que es necesario saber para hacer parte de este mundo, desde cómo consumir miel y sus propiedades, hasta la importancia de proteger a las abejas.
Las abejas de Let It Bee
Mieles Let It Bee nace en el 2018 no solo como una oportunidad de negocio, sino también desde una preocupación ambiental de mantener diferentes especies de abejas. El emprendimiento también se preocupa por el uso de plásticos, por eso todos sus empaques son de vidrio, además de estar alineados con cinco o seis objetivos de la lista de Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales tienen plazo de ser cumplidos hasta el año 2030. Así, se piensan a sí mismos como un organismo que apoya a otros productores nacionales, y se crea una red de apoyo y de intercambio.
¿Sabías que no todas las abejas producen miel?
Pues sí. Según Cárdenas y Suárez, hay unas veinticuatro mil especies de abejas en el mundo en la actualidad. De esas, solo un pequeño porcentaje produce miel. Sin embargo, fueron los egipcios quienes se encargaron de hacer de la miel y de las abejas productoras un producto conocido ya que, desde muy temprano, este grupo logró manejar los enjambres y extraerles la miel.
La abeja doméstica, la Apis Mellifera, es la que más fácilmente se encuentra en cualquier parte del mundo. Fueron introducidas a América en el siglo XVII y es realmente importante en los procesos de polinización de varias especies vegetales. En Colombia, por ejemplo, los cultivos de aguacate, de arándanos o de cítricos dependen de la polinización de estos insectos. Hay que recordar que, aproximadamente, el 75% de los alimentos que provienen de cultivos y los cuales que consumimos dependen de la polinización de abejas, pero también es llevada a cabo por diversas especies de aves como los colibríes o los murciélagos. Sin embargo, en varias zonas del mundo actualmente se encuentran en peligro por diversas causas.
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La especie colombiana, la Melipona, también produce miel a pesar de no contar con aguijón, lo cual es un dato interesante ya que se cree comúnmente que todas las abejas tienen uno. Pero estas pequeñas no están adaptadas a vivir en la altura de Bogotá, solamente llegan hasta los 1900 m.s.n.m (metros sobre el nivel del mar), aún si en el 90% del territorio colombiano se da apicultura de baja escala. Por eso, a pesar de las aspiraciones de Mieles Let It Bee de trabajar con especies nativas, no puede lograrse sin contar con un sistema de producción mucho más unido y de apoyo entre regiones, que abarque también las zonas más calientes del país.
Las abejas, además, no producen miel todo el tiempo. Su producción depende de la vegetación y el clima. Así, cuando hay climas muy húmedos o de mucha lluvia, las abejas no están en condición de producir miel. El néctar, que usualmente se convertiría en miel, se usa en estos casos para su propia alimentación. Y es que la miel en sí misma es producida por las abejas para su propio alimento, como reserva para épocas invernales o de mucho frío. Hasta cierto punto, la producción de miel se puede regular por medio de un calendario floral. Esto es, calcular qué especies de plantas existen y en qué épocas van a florecer. Así, se sabe en qué momento va a comenzar la cosecha.
Aprendiendo a catar mieles
En el mundo hay diferentes mieles. Y, por no ir más lejos, en nuestro país también. Varían dependiendo de muchos factores, entre ellos, por ejemplo, el color. Tener mieles de diferente color no significa que la miel se haya pasado –de hecho, una miel conserva su estado por lo menos dos años e incluso se ha encontrado miel cristalizada en vasijas egipcias–, sino que responde a la vegetación de los diferentes pisos térmicos del país o de la región.
El sabor, por supuesto, también cambia según la vegetación. Por eso, Mieles Let It Bee tiene asociaciones con muchos otros apicultores del país para conseguir mayor variedad de sabores. La miel producida en Bogotá y alrededores es clara y suave, mientras que la miel que viene de otras zonas, como el Vichada, es más astringente, es decir, amarga e intensa. La miel varía también con el ambiente o incluso con la especie de abeja que ha producido el panal.
La miel, así mismo, se puede agrupar según una rueda de aromas. En ella se agrupan todos los sabores que puede tomar este producto, desde afrutado a químico, pasando por sabores aromáticos, vegetales o animales. Incluso hay aromas agradables y desagradables con los que se puede contaminar la miel, como la putrefacción o incluso el aroma a un animal que ha muerto cerca de la colmena. Esto se debe a que la cera de las abejas tiene un poder absorbente, así todo lo que se encuentra alrededor es absorbido por esta.
Pero si de probar la mejor se trata, Mieles Let It Bee recomienda la miel de Manuka, un producto australiano famoso por sus propiedades. Se trata de una miel muy costosa –300 gramos cuestan aproximadamente 100 dólares–, porque el proceso de apicultura es grande y complejo. Es monofloral, es decir, las abejas se alimentan del néctar de solamente un árbol y tiene una de las propiedades más altas antibacterianas en la escala MGO (metilgloxial).
La importancia de la miel
Como cuenta Suárez, médica y co-fundadora de Mieles Let It Bee, ya hay literatura científica que sustenta las propiedades médicas y de sanación de la miel. Por un lado, ayuda a regular que nuestro cuerpo no tenga reacciones agresivas como la inflamación. De esta forma, no solo ayuda en la recuperación de gripes, porque no actúa sobre un órgano únicamente, sino que interviene en la curación y desinflamación de todo el organismo en general. Por otro lado, hay quienes creen que puede ayudar a regular problemas diabéticos. La miel, en dosis muy bajas, podría ayudar a encontrar el equilibrio en la curva de glucemia.
Así mismo, hay productos especialmente diseñados para ayudar en el tema de la salud. El propóleo, por ejemplo, que es el principal producto de defensa de la colmena contra microbios, tiene propiedades, justamente, antimicrobianas, además de ayudar en la cicatrización de heridas. La jalea real, por otro lado, es una sustancia que generan las abejas nodrizas, aquellas destinadas a alimentar a la abeja reina, con altos contenidos de proteínas. Ésta contiene no sólo compuestos antioxidantes, sino que también cuentan con propiedades radioprotectoras que reducen los síntomas en el tratamiento de radioterapia en casos de cáncer.
El futuro de Let It Bee
Nosotros solo podemos esperar a que Let It Bee siga deslumbrándonos con sus múltiples productos. En el futuro, Jesús y Andrea quieren seguir explorando las diversas posibilidades que tiene la miel. Por ejemplo, una producción de hidromiel –la bebida alcohólica más antigua del mundo– está dentro de los planes. También buscan adentrarse en el mundo de los cosméticos como cremas faciales, humectantes o bálsamos labiales. Su mayor sueño es poder producir aire de colmena, que se refiere a la práctica de inhalar la composición química de la colmena y que termina impregnando el aire. Este se lleva a una máscara de inhalación y ayuda en el tratamiento de enfermedades neurológicas. Por último, buscan aumentar el consumo per capita de miel en Colombia, que hoy en día es realmente bajo –unos 80 gramos al año, mientras en otros países el consumo se ubica encima de los 800 gramos–.
La última enseñanza que nos deja Mieles Let It Bee es a revisar la etiqueta a la hora de comprar miel. Muchas mieles, supuestamente orgánicas, tienen alto contenido de azúcar, espesantes y colorantes. Por eso es importante comprar a un apicultor para apoyar la agroproducción colombiana. Finalmente, es trabajo de todos cuidar a las abejas. La miel es un producto natural que nos hace mucho bien y, dado que muchas de sus subespecies se encuentran actualmente en peligro, debemos unirnos para salvar a las abejas.