La falta de representación de las parejas homosexuales es un problema mayor. Este es un análisis sobre la importancia de la representación, la industria y el destino de la comunidad LGBTIQ+.
La cultura popular –especialmente el cine y la literatura– está llena de representaciones de amor. Desde el clásico de la literatura, Romeo y Julieta, hasta el clásico del cine Casablanca demuestran cómo el amor es uno de los tropos más buscados y utilizados a la hora de crear obras de arte inolvidables. Pero no hay que irnos más lejos, cada nueva serie, cada nueva película, cada nuevo libro buscan retratar sus propias representaciones del amor que, si bien no son la historia principal, seguro hay alguna pareja que pone el ambiente romántico.
Sin embargo, algo que no nos paramos a pensar con frecuencia es que todas estas grandes historias de amor retratan la pareja heterosexual. La sociedad atiende a una representación desmedida y en cierto sentido desbordada del amor heterosexual. Toda gran historia de amor retrata a un hombre y a una mujer, y cada gran tropo romántico –el amor imposible, los polos opuestos, los que pasan de enemigos a amigos– está basado en parejas heterosexuales.
Por supuesto, lo anterior no quiere decir que no haya representaciones homosexuales en el cine. Las hay, evidentemente. Pero su proporción es mucho menor y su aparición se reduce a la última década. A continuación, lo invitamos a sumergirse en un análisis del cine homosexual y cómo la falta de representación afecta a las generaciones más jóvenes.
Sobre la falta de representación
Como sabemos, la representación lo es todo. En los últimos años, la consciencia por la importancia de la representación se ha desbordado en el ámbito mediático. Por eso fue tan importante la última Sirenita negra, o el hecho de que una heroína de Disney portara gafas, o que alguna protagonista tuviera el cabello rizado. La representación no solo es importante para cubrir la cuota de diversidad de las empresas, como comúnmente se dice, sino porque tener personajes diferentes en el cine o la televisión invita a las otras personas a pensar en la diferencia y a no normalizar unos cánones de belleza impuestos por occidente. En el mundo, no solo hay personas rubias de ojos azules, y el riesgo de que solo ellos sean protagonistas de nuestras películas es que la gran mayoría de la población queda invisibilizada tras un manto de bellezas imposibles. Al crecer, la población que no haga parte de este canon tendrá que luchar más fuerte para encontrar un lugar en el mundo o, simplemente, para sentirse parte de un mundo donde las apariencias lo son todo.
Ahora imaginemos lo que significa para las personas de la comunidad LGBTIQ+ que su orientación sexual no sea lo suficientemente representada. Imaginemos la confusión de un niño o una niña del siglo XXI, obligado a ver cine heterosexual sin realmente sentirse identificado. Para estas generaciones, encontrar su personalidad en un mundo heterosexual parecía tarea imposible. Por eso, muchos de ellos consideraban que había algo mal en ellos, que los que tenían que cambiar eran ellos y no la sociedad.
La industria ataca de nuevo
“No sabes lo duro que era tener que ver una serie de 15 temporadas para ver medio minuto de representación homosexual en el último capítulo” nos cuenta Mariana, una joven que se ha sentido personalmente afectada ante la falta de representación. Pero esa era la realidad a inicios del siglo: montones de series con protagonistas heterosexuales, donde los homosexuales no es no fueran representados, sino que tenían personajes secundarios y con frecuencia estaban llenos de estereotipos. Eran los amigos cómicos o los que llevaban al protagonista a actuar impulsivamente.
Por otra parte, encontramos el problema de las empresas y las productoras. Pareciera que las grandes productoras de Hollywood conocieran los riesgos de hacer series o películas estrictamente homosexuales. Después de todo, en los últimos años se ha vuelto evidente que es más fácil cancelar series protagonizadas por parejas homosexuales que por parejas heterosexuales. En el año 2020, de 23 series de Netflix canceladas, 17 mostraban contenidos LGBTIQ+. Hacer una serie romántica homosexual es sinónimo de fracaso. Así que, aún si ahora las productoras se animan a hacer series con protagonistas homosexuales, no se ha solucionado del todo el problema de la representación.
Y, ¿cómo son representados?
Además, debemos mirar más de cerca los casos en los que estas parejas sí están representadas. Por un lado, hay más representación de gays que de lesbianas. Los gays, últimamente, han dominado la escena cinematográfica. No hay sino que pensar en la famosa película Call me by your name para saber que esto es cierto. Y aún así, hay que tomar estas cintas con pinzas. Muchas de ellas cuentan historias trágicas, de amores imposibles, prohibidos y negados. La misma Call me by your name puede ser criticada por la extraña relación entre los protagonistas, donde uno es notablemente mayor que el otro y se podría decir que se aprovecha de esta ventaja de edad. Otro ejemplo: Los 100, una serie de Netflix que fue profundamente popular en la segunda década del siglo. Los fans de la serie aún siguen traumatizados por la muerte de Lexa, parte de la pareja homosexual de la serie. Así, no es una relación solamente criticada, sino que son separadas por la muerte. Por último, Retrato de una mujer en llamas, la película francesa del 2019 que obtuvo varias nominaciones en Cannes. La película de época narra la historia de amor de dos mujeres jóvenes, en una época donde su sexualidad no era aceptada, por lo que al final se ven obligadas a separarse.
“No entiendo por qué no pueden hacer una historia de amor como la de los heterosexuales” prosigue Mariana, “una historia donde dos personajes se conocen en un tren, se enamoran y viven felices para siempre”.
Así, la joven estudiante nos presenta la última problemática. No solo la comunidad está subrepresentada, también sufre con una representación ficticia, donde la ficción presenta una realidad escondida. A ojos de la sociedad, las parejas homosexuales no deben estar juntas. Esta “realidad” social se traslapa al cine y a la televisión. El cine muestra, a su manera, el triste destino de las parejas homosexuales en la sociedad actual.
Necesitamos, por eso, más representación LGBTIQ+ en el cine. La sobre representación de la heterosexualidad ha dominado la escena por mucho tiempo, y todos estamos ya listos para un cambio.