Cinco obras para entender a Vincent Van Gogh 

Vincent Van Gogh es hoy uno de los artistas más populares. Prometeo le trae cinco obras con las cuales podrá ahondar más en la historia del renombrado artista. 

Al pensar en Vincent Van Gogh a todos se nos vienen a la mente las pinceladas visibles y enérgicas, con colores vibrantes e, inevitablemente, nos remiten al lado más mainstream de Tik Tok o Instagram. Pero el arte de Van Gogh es más que cuadernos, réplicas y videos. Sus obras han trascendido en el tiempo gracias a la textura, relieve, su carácter memorable y autobiográfico. El artista cuenta con un catálogo de obras variadas, que demuestra una sensibilidad especial y que abarca distintos estilos, temáticas y momentos de su vida. 

Los comedores de patatas (1885) 

En 1885, Vincent Van Gogh completó “Los Comedores de Patatas”, una de sus obras menos conocidas. En un período en el que la tendencia artística dominante era retratar paisajes rurales de manera idílica y colorida, Van Gogh se destacó al mostrar la vida de los campesinos con realismo. Así, mientras Monet y Renoir pintaban hermosos escenarios campestres llenos de color, Van Gogh mostraba las condiciones reales de vida de los campesinos. Sus colores oscuros, rostros tristes y humildes destacaban la precariedad de su situación, lo que marcaba un giro innovador en la época. 

Café Terrace at Night (1888) 

Esta pintura resulta familiar para los amantes del artista. En “Café Terrace at Night”, retrató una cafetería bajo una noche estrellada en Arles, una ciudad al sur de Francia en la que vivió durante un tiempo. Su estilo postimpresionista empieza a hacerse cada vez más perceptible. Los colores vivaces que matizan al momento del día que retrata y la presentación de una vida nocturna cotidiana forman parte del encanto de la obra. Esta obra marca el inicio de una de las épocas más prolíficas de su carrera. 

La casa amarilla (1888) 

En esta icónica pintura, Van Gogh pinta una Casa Amarilla en Arles. Utiliza pinceladas vivaces y una paleta de colores intensos para capturar la casa bajo un cielo azul profundo. El amarillo vibrante de la casa contrasta con el azul del cielo y crea un efecto visual llamativo. Las pinceladas visibles y la densidad de la pintura funcionan como ejemplo de la habilidad de Van Gogh para capturar la luz y, mediante ella, crear un paisaje distintivo. 

Almendro en flor (1890) 

Almendro en flor es una pintura que refleja la estancia de Vincent van Gogh en el hospital de Saint-Paul-de-Mausole en Saint-Rémy-de-Provence. La obra muestra un almendro en un entorno tranquilo y sereno. 

El árbol de almendro ocupa gran parte de la obra, y sus ramas llenas de flores de color rosa y blanco destacan la textura, la luz y la tendencia primaveral detrás de la imagen. La pintura es una celebración de la vida y la renovación, y sigue siendo una obra destacada en el legado artístico de Vincent van Gogh. 

Jarrón con lirios (1889) 

A pesar de no ser tan conocida como sus famosos Girasoles, los lirios son característicos de la obra de Van Gogh, haciéndose presentes en al menos cuatro pinturas diferentes. Al igual que Almendro en flor, fue pintada durante su estancia en Saint-Paul-de-Mausole. 

Sus colores fuertes y contrastantes se mantienen con constancia en la obra, resaltando el tono azul de la composición. Jarrón de lirios destaca el poder expresivo del artista y su acercamiento a la naturaleza, que dista notoriamente de los inicios de su carrera. La obra se transforma en una mirada atenta a los detalles que se enfatiza con la multiplicidad de tonos presentes en cada pétalo. 

Estas cinco obras ofrecen una mirada única a la evolución de Vincent Van Gogh como artista y a su enfoque en diversos aspectos de la vida y la naturaleza. Explorar su catálogo diverso es esencial para comprender completamente su genialidad y su legado en el mundo del arte.